Un argumento que probablemente se planteará contra nuestra propuesta de revolución es que tiene el deber de fracasar, porque (pretenden) a través de la historia la tecnología ha progresado siempre, nunca lo ha hecho al revés, así la regresión tecnológica es imposible. Pero esta pretensión es falsa.
Distinguimos entre dos clases de tecnología, que llamamos tecnología de pequeña escala y tecnología dependiente de organizaciones. La primera es la que pueden usar comunidades de pequeña escala sin asistencia exterior. La segunda es la que depende de organizaciones sociales de gran escala. No somos conscientes de casos significativos de regresión de tecnología de pequeña escala. Pero en la tecnología dependiente de grandes organizaciones Sí que hay regresión cuando la organización social de la que depende se colapsa. Ejemplo: Cuando el Imperio Romano cayó, su tecnología de pequeña escala sobrevivió porque cualquier artesano inteligente de una aldea podía construir, por ejemplo, una rueda de agua, cualquier herrero hábil podía obtener acero por métodos romanos... y así sucesivamente. Pero la tecnología dependiente de organizaciones Sí que sufrió una regresión..Sus acueductos se desmoronaron y no se reconstruyeron nunca. Se perdieron sus técnicas de construcción de calzadas. El sistema romano de saneamiento urbano se olvidó, por lo que no se hizo hasta tiempos más bien recientes el de las ciudades europeas igual a aquél de la antigua Roma.
La razón de por qué la tecnología parece progresar siempre es porque, puede que hasta un siglo o dos antes de la Revolución Industrial, la mayoría era de pequeña escala. Pero la mayor parte desarrollada después es tecnología dependiente de organizaciones. Tomemos como ejemplo la nevera. Sin industria que haga las partes o sin las facilidades de una tienda postindustrial de maquinaria sería virtualmen-te imposible para un puñado de herreros locales construir una nevera. Si por algún milagro tuvieran fortuna en construirla, sería inútil sin una fuente segura de energía eléctrica. Por lo que tendrían que embalsar una corriente y construir un generador. Éste requiere grandes cantidades de hilo de cobre. Imagina intentarlo hacer sin maquinaria moderna. Y, ¿dónde conseguirían un gas indicado para la refrigeración? Sería mucho más fácil construir una casa de hielo o preservar los alimentos secándolos o recogiéndolos, como hacían antes de la invención de la nevera.
Por lo que está claro que si el sistema industrial fuera una vez profundamente colapsado, la tecnología frigorífica sería rápidamente perdida. Lo mismo pasaría con otras tecnologías dependientes de organizaciones. Y una vez se hubiera perdido por una generación o así llevaría siglos el reconstruirla, simplemente como costó siglos el construirla la primera vez. Los libros técnicos supervivientes serían pocos y dispersos. Y la sociedad industrial, si fuera construida desde el principio sin ayuda externa, sólo se podría hacer en una serie de etapas: necesitas herramientas para hacer herramientas para hacer herramientas para hacer herramientas... se requiere un largo proceso de desarrollo económico y en la organización social. E, incluso en ausencia de una ideología opuesta a la tecnología, no hay razón para pensar que alguien estaría interesado en reconstruir la sociedad industrial. El entusiasmo por el «progreso» es un fenómeno particular de la forma moderna de sociedad, y parece no haber existido antes del siglo XVII o por ahí.
En la última parte de la Edad Media, había cuatro civilizaciones importantes que estaban igualmente «avanzadas»: Europa, el mundo islámico, India, y el Lejano Oriente (China, Japón, Corea). Tres de estas civilizaciones permanecieron más o menos estables y sólo Europa se dinamizó. Nadie sabe porque Europa lo hizo en este periodo, los historiadores tienen sus teorías, pero sólo son especulaciones. De todas formas, está claro que el desarrollo rápido hacia una forma tecnológica de la sociedad sólo ocurre bajo condiciones especiales. Por lo que no hay razón para dar por sentado que una regresión tecnológica duradera no puede ocurrir.
¿Podría la sociedad A LA LARGA desarrollarse de nuevo hacia una forma tecnológica? Quizá, pero no hay que preocuparse por esto, porque nosotros no podemos predecir o controlar los acontecimientos de dentro de 500 o 1000 años. Esos problemas tienen que ser solucionados por la gente que viva entonces.