Me obsequiaron unas hojas membretadas de un desaparecido banco, son tan bonitas, su textura, su olor y lo amarillentas que se ven en sus orillas.
Sobre ellas decidí hacer algunos collages con distintas ilustraciones y fotos que he ido coleccionando de revistas viejas.
Como ya no tengo pena, o tal vez ni vergüenza, me animo a publicarlas aquí en mi sitio web: